lunes, 30 de junio de 2008

Volar


Necesitábamos unas vacaciones, y a falta de algo mejor nos fuimos el sábado al mediodía con destino a Tuy. Gracias a mi cuñado Jacobo reservamos una habitación en el Hotel Colón, cuyo único atractivo, diría yo, es una piscinita de tamaño mediano que pudimos disfrutar los 4 para nosotros solos toda la tarde. Era nuestro primer día de verano, de calor, ¡y menudo calor! Al sol no se aguantaba y sólo se podía estar en el agua, ¡con decir que Susi se baño un buen rato! Por la noche fuimos a picar algo con los Aballe por el casco histórico de Tuy, al lado de la catedral. Disfrutamos de un rato muy agradable en el que pudimos charlar amigablemente y contar muchas cosas que teníamos pendientes.


Después de una noche en el infierno, madrugamos y nos fuimos al circuito de Porriño, al Go-Kart para disputar una carrera del Open de Verano (http://pontontrasero.wordpress.com/) bajo un calor por momentos sofocantes. Allí pasamos todo el día disputando y disfrutando de las carreras organizadas por Juan, por Aurora, Manolo y demás personal de Porriño que tan bien nos trató. El circuito es muy interesante y hasta en una junta de asfalto los karts pierden contacto con el suelo… y no sólo los grandes sino también los más pequeños.


Deprisa y corriendo tuvimos que marcharnos antes de acabar todas las carreras para Santiago. Nos habían invitado a participar en el RallyShow Santiago D.C. y no podíamos llegar muy tarde si queríamos salir a la pista. El circuito era una auténtica gozada, con zonas impresionantemente rápidas, zonas técnicas y hasta un salto… bueno, ¡dos! No hay que olvidar que los karts no tienen suspensión y en un cambio de asfalto tanto Pablito como Sergio llegaron a pegar un salto muy chulo. Disfrutamos como enanos y disfrutamos de una organización perfecta, con unas instalaciones en las que, la verdad, bien se puede montar una carrera estilo “Carrera de Campeones” y no hacer ceros sin parar en un pabellón. ¡Qué grandes posibilidades más desaprovechadas! En Santiago Alex Álvarez nos sacó unas fotos espectaculares que nos puso una gran sonrisa en la boca.


Llegamos a casa muy tarde, muy contentos y muy cansados. Pero a la vez hemos disfrutado de “nuestra” compañía, de nuestras historias y de nuestros hijos. He sacado muchas, muchas, conclusiones de este fin de semana en cuanto a carreras, pero una sobresale por encima de todas (y ya había llegado a ella hace mucho tiempo): no hay forma de ponerse de acuerdo en el mundo del motor. Pero nosotros si que estamos de acuerdo en lo nuestro. ¡Pasarlo bien! Por eso volamos…


Por cierto, nuestro primo, el que vive en el extranjero, nos ha dado la razón... ¡es un crack!

domingo, 22 de junio de 2008

Un placer


Este fin de semana nos hemos ido hasta el circuito de Porriño. Teníamos ganas de volver a juntarnos en una de nuestras tranquilas jornadas de entrenamientos. Quedamos para vernos y entrenar juntos con los Senlle, los Aballe, José Manuel y Sergio y nosotros.

Llegar hasta el circuito es relativamente fácil, bien situado muy cerca de la salida de la autopista, pero a más de 150 kilómetros de casa, por lo que tampoco es una excursión para hacer todos los días. Sólo de combustible y peajes, además de las 3 horas que necesitas para ir y volver, te sale el viaje en una “pasta”. Llegamos a media mañana y había muy poca gente, nosotros nos dedicamos a montar los karts, a prepararlos, cambiar ruedas, desarrollos, engrasar y demás preparaciones necesarias para un buen día de entrenamientos. El día se presentaba caluroso, el sol caía a plomo sobre nuestras gorras y hacía que junto con el polvo del paddock bebiésemos sin parar. Cuando tuvimos todo preparado, nos fuimos a comer a una parrillada que nos tenía reservada José Luís.



El sitio nos deparó uno de esos encuentros que hacía tiempo necesitábamos, una buena mesa con unos entrantes espectaculares de croquetas, pulpo y calamares. De segundo una impresionante y mítica churrascada. Todo ello regado con litros y litros de agua y cerveza con gaseosa. Los niños estuvieron genial, hablando entre ellos, contando sus cosas y genialmente controlados por los hermanos Senlle. Mientras tanto, Ramón padre y yo a la cabeza, dábamos cuenta de los entrantes mientras Ramón nos contaba, una tras otra, anécdotas divertidísimas que hacían que el tiempo de espera para subir al circuito nos volase.



Pasadas las cuatro de la tarde fuimos de nuevo al circuito para empezar el duro (sobre todo por el sol) trabajo. Pablo salió al circuito con unas ganas enormes de rodar, de dar vueltas y vueltas. Se puso el mono de trabajo y rodó muy fuerte para ser la primera vez que andaba en ese circuito. De hecho se salió varias veces en la izquierdas después de la recta de meta por el exceso de ímpetu y velocidad. Más tarde vino David Costas con la preciosa Paula. Al vernos allí, no lo habíamos avisado, fue enseguida a por su kart para unirse a la movida que teníamos montada. Mientras tanto Sergio y los hermanos Senlle iban a lo suyo, a derrapar y pasárselo como enanos. Sergio, un poco cojo todavía, no tenía ningún cadete con el que pelearse, hasta que apareció un Intrepid (de una categoría superior) y en alguna parte de la pista se pudo batir con él.





Durante la comida comentábamos que echábamos de menos estas xuntanzas, no el ir de carreras, sino el ir a entrenar, a pasar el día por ahí, porque al final, como recordábamos, lo mejor de las historias es después contarlo. Hablamos de la buena gente, nos reímos y disfrutamos como hacía tiempo que no lo hacíamos. Nos encantó pasar el día así, descubrir Porriño, ver a Presssa y a los Costas, estar en compañía de José Luís y su mujer, de Ramón, con José Manuel y todos los niños, Borja, Sergio, Ramón y Rafa. Aún encima Pablo rodó y rodó, además corrió y se esforzó, creo que también se divirtió porque al bajarse del kart le pregunté qué tal el circuito y dijo sentenciando… “¡me encanta!” El claro reflejo de su esfuerzo es que hacia las 8 de la tarde se paró a mi lado (andaba yo por el circuito pululando y haciendo unas fotos) y sin poder ni tan siquiera levantar su visera, la cual relucía con sus tear-off nuevos, me dijo: “estoy roto, no puedo más”. Hijo, enhorabuena una vez más. ¡Ah!, y perdona mi mal humor de muchas veces.




A veces me he preguntado qué tal se lo pasa Nico cuando vamos a los entrenamientos o a las carreras. No es que dude, ni mucho menos, pero sí que me gustaría saber hasta que punto esto le va. He comentado varias veces que se levanta "todos" los días preguntando... "¿hoy amos akás?" Pero ya lo máximo ha sido cuando hoy se fue al garaje, cogió una caja de plástico en la que guardamos algunos de sus juguetes y me llamó pidiendo ayuda para "subir su kart". Lo cogió con las dos manos por el pontón delantero, yo por detrás, y allí mismo hizo que lo arreglaba (no funcionaba) al más puro estilo José Manuel. Un crack enseñado por su hermano.


martes, 10 de junio de 2008

Felicidades

Hace exactamente 3 años, después de llevar más de 12 horas de sufrimiento y algún año de espera después de un mal trago, Nicolás decidió entrar en escena como es él, con notoriedad. No dormimos nada esa noche por culpa de las contracciones (y contracturas del sofá) y después de tanto aguantar, tantos “¡ahí viene!” y esas ansias de ver al hermano pequeño de Pablo, nos dan la noticia de complicaciones… De repente surge un estrés en nuestro entorno que no entendemos, nos cuesta comunicarnos a Susi y a mí y nos dan una mala noticia y nos exigen que tomemos una decisión que ni nos habíamos planteado en la hipótesis más extraña de las que se nos pudiesen dar. Carreras, pinchazos, más carreras y directo al quirófano. De repente, al cabo de pocos minutos surge un imprevisto equivoco que me hace casi convulsionar. El mundo se me cae encima y no tengo a donde agarrarme, allí sólo imaginándome lo peor, lo más dramático que a una persona en esa situación le puedan decir. Me refugio en una esquina, rescato el móvil de mi bolsillo y hago dos llamadas que me sofocarán, una porque me hará compañía y la otra para pedir a alguien que rece por mi.



Media e infinita hora después, sale una preciosa médico ginecóloga que me explica que todo ha ido bien y al cabo de un rato sale otra preciosa médico pediatra diciendo que el niño está perfecto. Respiro, me emociono y me tranquilizo. La verdad, en los dos años y medios siguientes fue el único momento tranquilo que he, hemos, tenido. Nico es un crack, allá por donde pasa deja huella. Es de esos niños que no te dejan indiferente, quieres saludarle y que te devuelva el saludo, pero como es un puñetero, se lo guarda y cuando te has ido nos pregunta por ti, y al día siguiente otra vez. Como vea que quieres algo, pasa de ti, se hace de rogar. Se lo hace a Pablo cada mañana, cada tarde y a cada instante.

Pablo es, como siempre en los hermanos mayores sobre los pequeños, el auténtico ídolo de Nico. Se tiene que ir, desde hace más de un año, al cuarto de baño a hacer sus necesidades con el Auto Hebdo o la Crono Motor preguntando… “¿Palo sale?” Cuando Pablo se despista, le manga el casco y se lo pone. O con el Hockey sobre patines, que ya hace más de 3 ó 4 meses que patina el sólo sin problema y todo porque ve a su hermano hacerlo. Ahora, como Pablo le pida un beso, un cariño o que comparta algo con él, Nico se cabrea, se enfada y no le hace ni caso.

Susana y yo nos morimos de risa con él, es muy divertido y simpático. También hemos pasado lo nuestro con él, que no es ni más ni menos que otros niños de otras parejas, pero es lo que hemos pasado y sufrido nosotros con el nuestro. Es tan distinto a Pablo, que hasta en eso ha sido diferente.

Hace pocos días nos enteramos, casualmente, que una niña que conocemos desde hace más de un año, cumple el mismo día y nació casi a la misma hora. Es curioso, como tantas otras cosas. Pero antes de nada, felicidades Ana, guapa. Y espera unos 20 añitos por Nico, ¿ok?


Me quedo con mal sabor de boca de no poder expresar todo lo que siento por Nico, como nos lo hemos pasado hoy que hasta vinieron sus padrinos a casa y le trajeron, cumpliendo una tradición, sus primeras Nike; de expresar todo lo que hemos pasado, bueno y malo, con él, la cantidad de veces de visita al Materno, las cicatrices, los puntos, las ecografías, las risas, los ..."papi te quiedo muxo", o el "¿hoy hay cadeda?, incluso sus ¡¡¡Cuduxadally!!! Es genial poder compartir tu vida con un personaje como Nicolás. Gracias por dejarme hacerlo, la vida tiene mucho más sentido con gente como él. Eso sí, la que nos espera...

lunes, 9 de junio de 2008

En familia

El sábado fuimos hasta Santa Comba, a Hobby Kart. El viernes no pudimos ir a entrenar como nos hubiese gustado (el dedo de Pablo tenía la cura recién hecha y le molestaba) y decidimos acercarnos a nuestro santuario particular. Decidimos aprovechar y saldar todas las deudas pendientes: las económicas, que son las menos importantes como me demuestran a menudo, y las personales, ya que en A Pastoriza le prometí a mi ahijado Álvaro que iría a dar una vuelta en el kart, “yo zolo padino”, y por distintos motivos no pudo ser. Así que nos fuimos a nuestra casa a dar rienda suelta a la adrenalina que llevábamos acumulada. En la parrilla estaba Álvaro con su kart recién revisado por José Manuel, Jaco con el suyo como quien ya lo ha visto todo en este deporte, esa superioridad hacia el hermano que casi insultaba. Nico y yo hicimos tandem en el equipo ganador gracias al biplaza. Ganamos porque mi copiloto en la segunda vuelta me miró fijamente sujetándose el casco que se le caía y me preguntó solemne antes del “rasante” de la salida al exterior: papi, ¿sólo corres esto? Me picó, he de reconocerlo. Con la mano izquierda sujetando a Nico, el cual llevaba la suya derecha en su volante (girándolo hacia la curva que tocaba) y la izquierda en su casco, con la derecha conseguí ir metiendo el kart en cada curva, una tras otra hasta que conseguí adelantar a Alvarillo, gracias a una presión constante en la S del exterior propicié su fallo para regocijo de Nico. El siguiente y duro objetivo era Jaco, el que más me costó dar alcance, pero aproveché su falta de decisión y experiencia con el doblado de Álvaro, además de que este se la jugó cerrándole, para adelantarlo y doblar a Álvaro. Mientras tanto, Susi mirando como nos lo pasábamos y saludando a todos cada vez que pasábamos. Evidentemente, Nico, Álvaro y Jaco le devolvían el saludo… ¡qué poco serio! A todo esto, Pablo se dedicó a pasarnos una y otra vez por el interior, el exterior, derrape por aquí y cruzadita por allá. No anduvo más de 7 u 8 minutos, pero lo gozó. Él y todos.

Creo que lo que más goza Pablo de estas cosas es que vayan con él sus primos. Con ellos Pablo se encuentra en su salsa. En este caso vinieron los de Jacobo y María, pero se lo pasa pipa siempre que está con sus primos, sean de la edad que sean. También con los amigos, pero es un tema que no le hemos promocionado nada, y la verdad es que no sé por qué. A veces pienso que puede parecer un afán de protagonismo y me fastidia. Es cierto que es un deporte un poco “particular”, pero es un deporte y nos lo pasamos estupendamente. Por nuestra forma de ver las cosas nos gusta aglutinar a la gente, estar con nuestros amigos y nuestra familia, pero con esta afición no terminamos de conseguir, en nuestro entorno, el buen rollo que tenemos en otras situaciones.

El fin de semana ha terminado y para mi ha sido un poco calvario, a veces la ansiedad me juega malas pasadas y este fin de semana he pasado una de esas situaciones. No sé si será la edad, la responsabilidad o qué. Ayer estuvimos estupendamente en Santa Comba y después de compras (querido Tito, he acertado de lleno, sabes que con los regalos no fallo y lo voy a clavar) por Coruña, una ciudad que cada vez me resulta menos agradable y más hostil. Hoy pasamos todo el día en casa, jugando con Nico y Pablo, ordenamos una vez más el garaje (y habrá más veces) y por la tarde disfrutamos con Nadal, con Kubica (enhorabuena Lopo por la victoria de tu hermano gemelo), con los juegos, limpiando el coche y viendo O País dos Ananos. Pablito estaba en el sofá muerto de vergüenza. No me extraña, yo también lo estaría.

miércoles, 4 de junio de 2008

Mirando hacia delante

Hoy por la mañana he llevado a Pablito al cole después de pasar por el dentista para arreglarle 3 piezas. Me encontré a mi querida Isabel. Isabel es de esa clase de personas que habría que clonar ya que siempre tiene la expresión justa en el momento idóneo. Según uno va “madurando” le agradece más el hecho de ser tú amiga. Hoy nos vio y nos habló de este blog. Le comenté que estaba cansado y harto, que no me apetecía seguir con el blog por cosas que nos habían pasado las últimas semanas. Reflexionó acertadamente que al inicio del blog cuento que es para Pablo, para que él tenga un recuerdo el día de mañana y que sólo por eso, merece la pena. Que me olvide de los otros temas, que este blog es del Patineteteam y así tiene que seguir siéndolo. Por esa reflexión, estamos en este blog ahora mismo.
Nos fuimos a Pastoriza el sábado a mediodía con cara de circunstancias. A nadie nos hacía ilusión esta carrera por muchos motivos, pero hay que estar a las duras y a las maduras. Llegamos al circuito después de parar en Guitiriz a dar cuenta de un regular bocata de lomo y de encontrarnos con José Lamela jr y sr, con los Figueira al completo y con Isma. Con buena gente siempre se está a gusto, es increíble.
Después de montar pegados al CRT y de encontrarnos con Borja y familia, los niños salieron a rodar. Pablito nos demostró una vez más que cuando no tiene ganas, es capaz de ser el peor de todos, pero no el peor en los tiempos, sino el peor en actitud, capaz de desesperar a cualquiera e incapaz de acatar una sola orden o consejo. Los tiempos no salían, pero visto lo visto el domingo, es cierto que las ruedas podían tener algo que ver.
Nos fuimos a dormir como señores al balneario Husa Villalba. La pena es que no tengamos más tiempo cuando descansamos en un sitio como este, no pudimos disfrutar de sus magníficas instalaciones, ni de sus paseos ni prácticamente de nada, pero al menos descansamos como nos tocaba, en una habitación como Dios manda. En la nuestra entrábamos los 4 sin problema, aunque como era de esperar, y a pesar de tener más de 3 metros de colchones, acabamos los 4 en la misma cama. Pablito no descansó nada bien, se durmió tarde y se despertó a las 6 de la mañana, preocupado con la salida de la carrera. Nicolás amaneció diciendo… “hoy hay caddeddas”, seguido de un “rrrrrratita…. rrrrrratón…”, mejorando terriblemente la dicción de su “r” fuerte.

Arrancamos para el circuito con la eterna duda del día que haría, que si llovería (lo que nos beneficiaría sin duda) o tendríamos un día seco (que fue lo que finalmente pasó). El día no fue mal del todo, con unos entrenamientos respetables además de una salida muy buena en la primera carrera. Después se vino abajo y terminó perdiendo alguna posición para recuperarla y mejorarla en la segunda manga. Pablo no estaba a gusto y eso se lo noto en cada acto, en cada momento encima del kart. Para colmo se cortó el dedo índice de la mano derecha con un trozo de cristal de una botella de sidra, con lo que nos tuvimos que hacer una visita hasta el PAC de Meira.
Para mi, hijo mío, aunque haya malintencionados que se empeñen en golpearte por detrás con la intención de amedrentarte (espero que nunca se arrepientan de sus actos por culpa de una desgracia) incluso enviando emisarios 3 ó 4 años mayores que tú porque ellos no se atreven a dar la cara o haya “seres humanos” que digan que como piloto en manos de quien estás no evolucionas como deberías (sólo hay que ver sus resultados), para mí eres el Campeón del Mundo. Campeón del Mundo porque si hay algo que me gusta es que un día como hoy te vaya a recoger por la mañana a la cama y con los ojos todavía cerrados me des un abrazo y me digas “te quiero mucho”. A ellos nadie se lo dice porque es imposible. Sabes que yo también te quiero. A ti, al Patineteteam y a su entorno.
Por cierto, estos días
www.patineteteam.blogspot.com ha cumplido un año y me encanta celebrarlo de esta forma. Felicidades a todos los componentes y a los lectores de buena voluntad.