domingo, 18 de enero de 2009

Estoy enamorado

Cada vez me gusta más escribir sólo cuando merece la pena y no por obligación. Es cierto que la obligación me la he creado yo, pero ahí está la diversión, en sentarme delante de esta página en blanco y plasmar los momentos más bonitos de mi vida, de nuestra vida. A veces, muchas veces, tengo lagunas de memoria tremendas, y por eso me gusta tener este blog. Así Pablo, y Nico, tendrán su disco duro particular sobre una pequeña parte de su vida.

Pablito cada vez necesita menos la ayuda de Patineteteam.com para acordarse de los momentos, pero al menos podrá recordar todo lo que su padre le quiere, todo el empeño que ha puesto en disfrutar de cada minuto de mi vida con él, y con Nicolás, evidentemente. Nico es muy pequeño y tendrá su parte de protagonismo, tendrá su momento, pero ahora es el momento de Pablo, como demostró este sábado.
Por desgracia este año no podremos hacer lo que nos gustaría hacer, pero lo peor de todo es que el que se queda sin su recompensa es Pablito. Está en un momento de forma excepcional, ha alcanzado una madurez tremenda como piloto de la categoría alevín, con una técnica envidiable. Le faltan muchas cosas, muchos detalles, evidentemente, para mejorar dentro de su edad, pero viéndolo correr hoy en día yo disfruto como un enano. Una muestra clara se produjo en Mosteiro hace unos días, por dos veces, y ayer sábado en nuestro Spa Francorchamps particular, el técnico circuito de Serra de Outes, nuestro envidiable Ayrton Senna.
Fuimos a Mosteiro a celebrar una “xuntanza” que organizó la gente de Hobby Kart en el precioso circuito pontevedrés. Allí se terminó juntando más de 20 coches para unos entrenamientos en un precioso día casi primaveral que nos permitió, en las horas centrales, hasta sacarnos el polar. La pista estaba muy delicada, sobre todo en la parte de arriba que era una pura pista de hielo, donde los karts hasta en recta se cruzaban. Pablito se comportó de maravilla, corriendo mucho y bien, sin cometer un solo error en todo el día y pasándoselo muy, pero que muy bien. Fue de esos días recompensa, el único objetivo era darse unas vueltas, disfrutar de la compañía y, cómo no, ver el nuevo maquinón de Sergio. Un KF3 de Maranello del máximo nivel. ¡Precioso!
Ayer sábado nos acercamos hasta Serra. Ahora que vamos por la autopista de Santiago nos queda a poco menos de una hora a velocidad legal y además los niños no llegan mareados. Es una delicia acercarse hasta allí. Siempre lo es, pero cuando se te plantea un día como el de ayer, das gracias por haberlo pasado tan bien, por tener tan buenos compañeros de viaje y por haber aprendido a disfrutar de cada instante. Llegamos a Serra sobre las 11.30 y nos quedaban por delante poco más de 3 horas para aprender. Nos encontramos con una situación, a priori, cuando menos delicada: la pista estaba tremendamente húmeda, muy mojada de las lluvias de la noche. Allí estaban sólo Sergio y Pablito con la intención de secar algo la pista para aprovechar el entrenamiento. Salieron con ruedas de seco y aquello se convirtió en un show increíble. Se pusieron a derrapar sin miramientos, depurando, ambos, su técnica exquisita que les permitió no sólo mantener en todo momento el kart en pista sino que iban muy rápidos, con derrapadas eternas que rozaban el límite del trompo (que sucedió un par de veces) o de la salida de pista (que no sucedió nunca). Pablito empezó a dar vueltas sin parar, con una sonrisa dentro del casco que se la veíamos desde boxes, deslizando en cada una de las curvas cual piloto nórdico desliza por las pistas suecas en pleno Swedish Rally, intentando llevar su Maranello hasta el límite de la pista, allí donde en Serra se mezcla el asfalto con el prado y sólo gente como los Filgueira o Isma saben llegar después de miles de vueltas a la pista. Ayer, justo dos años después de aquel memorable 30 de enero de 2007, Pablito aprendió su primera lección de verdad en Serra. Sus 177 vueltas al circuito en menos de 3 horas lo atestiguan. Todas las arritmias que me sucedían cada poco más de 30 segundos al pasar a fondo la izquierda de entrada en meta, deslizando en dirección al poste que sostiene el precioso y mítico nombre, valieron la pena. De poco servía que en alguna ocasión le dijese que tuviese un poco de cabeza, no era el día. Se creía Superman vestido con el mono de Hobby Kart – Cubicaje en un Maranello precioso, capaz de volar, y secar, sobre el trazado de Outes, inmune a los errores. Ayer no había errores, ayer sólo había diversión, disfrute y calidad. Todo a raudales. Le estaba haciendo fotos y yo me decía: “se está riendo dentro del casco”, ampliaba la foto al máximo y le veía la sonrisa. ¡No me lo podía creer! Como cuando en una de las entradas a meta, a fondo y con el kart absolutamente de lado, veo por el visor de la Pentax que me saluda con el pulgar derecho mirándome… No reaccioné y tampoco se lo pregunté después...
...esperé a llegar a casa para ver la foto, en cuanto descargué las fotos y le llamé para pedirle explicaciones, para saber porqué lo había hecho: “me estaba divirtiendo tanto que quería saludarte, como te saludé en muchas más”. El que no se enteró fui yo.


No todo fue diversión, 177 vueltas a Serra en menos de 3 horas no lo son siempre. El cansancio le hizo tanta mella que después de levantarse a las 8 de la mañana, cayó rendido después de una sonora bronca… ¡¡¡ a la 1 de la madrugada!!! Esto se lo tengo que mirar ya que después de las carreras y de los esfuerzos, se ve que hay alguna sustancia que no hace bien su función, pues en vez de “morirse” en la cama o en el coche, su actividad sigue al máximo.


Sergio probó su KF3 en Serra por primera vez, habiéndolo llevado la semana anterior a Mosteiro. ¡Menudo bautismo!, en Serra, un KF3 por casi primera vez, en mojado y con ruedas de seco. ¡Bufff! Se volvió tan incontrolable que tuvo que parar a mitad de entrenamiento a probar con unas ruedas de mojado que había en el furgón a medio usar (por no decir que estaban gastadas por completo). Después se unió a la fiesta, fiesta a la que también se sumaría Alejo con el de alquiler, del drifting en Serra, una experiencia para no olvidar.

Lo de Alejo ya raya el insulto. Yo cuando había visto a Aarón en Pastoriza pensé que me quedaba poco por ver en mojado, que con aquel recital llegaba y no hacía falta más. Que sí, que podía ver mil carreras sobre mojado pero que la exhibición ya la había visto. Sin embargo el sábado descubrí el génesis de esa técnica. Con un kart de alquiler con el número 5 y con la bravura de un toro de lidia de la ganadería de Albarraseda (única ganadería con un toro indultado por su bravura en toda la historia de la Real Maestranza de Sevilla) se dedicó a enseñar el porqué los mejores tienen que pasar por allí y, a ser posible, en mojado. Sus trazadas fueron impecables, verónica por aquí, derechazo por allá y para terminar un precioso pase de pecho. Ahora entiendo la lección de Aarón en A Pastoriza, el maestro lo tiene en casa. En cuanto vi el tema, la orden era clara: Pabliño, ponte detrás de Alejo y a seguirlo, aprende como va, hasta donde llega y como llega. Pablito tiro detrás de Alejo, el cual lo dejó pasar varias veces hasta que se dio cuenta que en ese momento empezaba su tiempo de profesor y accedió voluntariamente.


Antes del descanso de pocos minutos que hicimos para comer apareció el Gran Aarón, con sus muletas pero caminando. Fue un verdadero placer verlo de nuevo, pero sobre todo porque vimos al nuevo Aarón. El accidente le ha cambiado para mejor. Ya lo veremos. Compartimos unas pizzas y una tortilla que nos supo a gloria. Ya no sólo por el hambre, sino por la compañía y la fantástica enseñanza. Para rematarlo apareció Pacheco con una sorpresa para Pablito que le encantó… pronto tendremos noticias.


Lo siento, estoy enamorado de Serra. Lo que no entiendo es cómo no lo está el resto del mundo.

jueves, 1 de enero de 2009

¡Menudo fin de semana!

Estos días son de los que más nos gustan pasar. No hemos tenido un minuto libre desde antes de nochebuena. Este fin de semana fue completo, con actividad de sábado y domingo como hace un par de meses que no teníamos. Hemos recuperado de golpe y porrazo el frenético movimiento parado de golpe hace dos meses. Si a la receta de Hobby Kart, Santa Comba, Indoor, Resistencia, lluvia y Kopites le añades Mosteiro, Antonio, Cobián, la gente de Ourense y un día soleado, te sale el mejor combinado del mundo.
El sábado día 27 estábamos a la 1 de la tarde en punto en Hobby Kart, preparados para disputar la 1ª Carrera de Resistencia. El plan era perfecto y salió pluscuamperfecto. Al llegar estaba José Manuel con Camariñas y José Antonio arreglando los coches, preparándolos para tenerlos a punto para la prueba. De lo más divertido era ver al bueno de Ramón Senlle siendo uno más en el equipo de mecánicos, mono incluido, teniendo listo los karts. Camariñas enseguida se puso al lío con el catering, un buen churrasco, alternado con las tortillas que se encargó de traer José Antonio y unos bollos de pan impresionantes. La gente empezó a llegar y se montaron unos equipos muy competitivos. Nosotros íbamos con nuestro objetivo claro: pasarlo de miedo. Habíamos invitado a correr a Isma Santamaría, con el cual seríamos firmes candidatos a la victoria final, pero una mala noche le provocó que no pudiese asistir a la prueba. Una pena.
Empezó la prueba y la primera hora no tuvo más que una carrera de karting más o menos normal. Lo divertido llegó con la parada para el cambio de coche, pues empezó a llover. De repente cambió toda nuestra vida, de la tensión por una carrera pasamos a la diversión más absoluta, a derrapadas incontroladas e interminables, curvas eternas e inverosímiles, motores de karts de alquiler de 4 tiempos que parecían auténticos Gr. B de 500 cv. Nadie de nuestro equipo quería bajarse del kart al acabar su turno pues la diversión era máxima. La verdad es que teníamos un equipo brutal, en el que nos ayudamos mucho a saber cual era nuestra situación en todo momento. Tanto Pablo, como Jaco y Oscar se lo pasaron de miedo. La pena fue que Pablito no se animó a participar, pero es cierto que fue uno más del equipo y se divirtió muchísimo, yendo de un lado a otro. Allí todo el mundo participó, desde los hermanos Senlle como comisarios de pista hasta Américo como jefe de pit o Carlos como responsable de cronometraje.El domingo nos tocó madrugar como otro día más de carreras. Era de esos días de los que no te apetece nada, cuando suena el despertador te dan ganas de darte la vuelta y seguir a lo tuyo. Hay algo que te anima a vencer la pereza, a levantarte y animarte a ir al precioso circuito de Mosteiro (cambiará mil veces de nombre y mil veces le llamaremos circuito de Mosteiro). Antonio de Cola organizaba el I Winter Trophy de Karting y fuimos pocos los que nos dimos cita allí, incomprensiblemente, pues acudir a ese circuito tiene algo especial. Como decía Lamas padre, “en este circuito es donde mejor se lo pasan y más aprenden los niños”.
El día era perfecto a pesar de las lluvias de la víspera, con un sol que hasta nos permitió sacarnos los chaquetones. El trofeo estaba perfectamente organizado, hasta con un pinchadiscos que nos amenizó las esperas entre tanda y tanda, y cuando te despistabas estabas en medio de la pista moviendo la cintura o las piernas. Divertidísimo.
Pablito estaba con mono de subirse al coche. Dos meses sin casi catar el Maranello le estaban marcando demasiado. Tenía muchas ganas de subirse al kart y así lo demostró en Mosteiro. Disfrutó como cada vez que va a Meis, pero esta vez estaba que no daba más de si. Cada vez que le tocó salir a la pista se la comía literalmente, rodando muy fuerte, muy rápido, con convicción, sin dudas, con determinación y por el sitio. Pablito aprendió a andar en kart en Mosteiro y eso nunca se olvida. Conoce cada metro de la pista, cada secreto de esta pista y cada trazada. De hecho tuvo un detalle en carrera para poder adelantar en la recta que demostró su madurez. Sacrificó la entrada en la curva anterior para poder acometer el adelantamiento con mayor claridad. Lo mejor es que lo hizo a la primera, sin dudar.
El día fue completo. En definitiva lo que pasó todo el fin de semana fue una reunión de amigos en torno a los karts. Hasta Nicolás se lo pasó pipa viendo como un niño de 4 años estuvo dando vueltas con una minimoto al circuito. Cuando aparcó su moto, fue raudo a subirse en ella, con una cara de alegría tremenda.Como siempre, Mosteiro merece la pena. Hobby Kart y Santa Comba merece la pena. Pero Pablito y todo el Patineteteam merecen la pena. Y mucho. ¡Ah!, feliz año.