lunes, 25 de agosto de 2008

Semana Grande

Se nos acaban las vacaciones y estábamos un poco con la sensación de que el tiempo pasaba y no las estábamos disfrutando en todo su esplendor. Sin embargo no sabíamos la buena semana que nos esperaba a pesar de que el inicio no era el esperado.

El lunes nos fuimos hasta Bueu a ver al tío Vicente, a la tía Cris, a Davis y a Tito. La idea era ir a pasar unos días allí, pero unas obras en casa nos lo impidieron, por lo que el viaje tendría que ser de ida y vuelta en el día. Llegamos con la intención de disfrutar de la zodiac, de la pesca y de la banana, pero un problema en el eje del motor nos daría al traste con el día de mar. No hay mal que por bien no venga y al menos disfrutamos de una comida estupenda. Después fuimos a intentar reparar el motor y como no había fácil solución, se decidió comprar uno más moderno de 4 tiempos. Pasamos la tarde en la playa, recogidos y disfrutando de la compañía.

El miércoles nos fuimos a nuestro deseado Serra de Outes. Allí somos felices y nos hemos reencontrado. Era de esos días que necesitábamos tener para poder volver a disfrutar. Allí tuvimos un muy mal día y en nuestro templo tendríamos que volver a ser nosotros. Es cierto que la compañía, la buena, hace mucho, y en este caso era insuperable. Estaban los buenos de los Senlle, con su mecánico particular, haciendo gala de su mejor humor y de su imitable y recomendable educación. Vino Sergio con José Manuel y nos esperaban Alejo y Aaron, además de su padre. Toda la tarde el circuito para nosotros, disfrutando. Era tan bueno el día que hasta se acercó Isma Santamaría por allí y se animó a subirse a su júnior. Ver a toda esta pandilla rodando por Serra, poseídos por un gen especial que les hace divertirse con cada gesto, pensando sólo en disfrutar del kart y de la compañía. El día fue estupendo, y a Pablito le vino genial. Por un lado ir a Serra le hace mejorar su físico una barbaridad y le viene muy bien ya que estaba perdiendo un poco la forma. Por otro lado, en Serra uno se hace piloto a base de bien y Pablo se forjó ahí y ahí es donde tenía que volver para encontrarse. Salió feliz, tanto que hasta se dio unas vueltas en sentido inverso al acabar la tarde. Le hacíamos dar tandas de un número determinado de vueltas y él hacía varias vueltas más, hasta en una le paramos y nos preguntó porqué lo hacíamos si quería seguir. Rodó más tiempo del que hubiésemos pensado o deseado y rodó bien, aprendió, corrió y sobre todo se divirtió. Las derrapadas que se puso a pegar para entrar en la cerrada de la chicane fueron espectaculares. Las suyas y las del Maestro, como no.




El viernes fuimos a donde nos faltaba ir este año: a Mosteiro. Fuimos a entrenar por la tarde la I Copa Bauxita de Karting (¡¡¡menudo éxito y ejemplo de organización!!!) y nos acercamos al precioso circuito de Meis. En la cara de Pablo se reflejaba la nostalgia de cuando empezó en enero del año pasado a dar sus primeras vueltas por allí, perdido en medio de tanto ICC. Allí se dedicó a dar vueltas y vueltas, salidas de pista, derrapes luchando contra el reloj y contra si mismo. En Mosteiro se aprenden cosas que en otros circuitos de Galicia no se aprenden, allí se han visto carreras difíciles de repetir en otro lado. Es curioso pero la mayoría de los pilotos lo catalogan como su circuito favorito, por algo será. Hasta Alex el otro día en Serra dijo que era su circuito preferido, el más divertido. En Mosteiro Antonio siempre nos ha recibido bien y nos ha tratado mejor.

Por la noche decidimos irnos a Bueu, a pasar nuestras “vacaciones” en compañía de Vicen y la familia, incluidos los “Chimos”. Cenamos en un italiano y nos fuimos pronto a dormir. El cansancio y el hecho de que al día siguiente nos esperase un precioso día de mar hicieron que cayésemos rendidos en la cama del Incamar. El sábado y el domingo nos esperaban dos duros días. Cuando nos despertamos, más pronto de lo previsto, fuimos a desayunar unas deliciosas tostadas, unos cruasanes a la plancha con zumos y café. Había que nutrirse para el día de mar. Menuda odisea de mañana, menos mal que llevábamos el gancho en el Picasso y pudimos acercar la Zodiac hasta el muelle y allí nos la bajaron al agua. Nos pasamos un día estupendo, con todos los niños en la lancha, so pena de un viento que se levantó y por la tarde molestó con las olas. Cogimos la banana y el “chimo” Pablo se dedicó a saltar por las olas, mientras el resto nos moríamos de risa viendo como disfrutaba. Después, con Pablo y Davis, costó algo más, además del oleaje que se puso un poco pesado.



Madrugón del domingo para irnos a la I Copa Bauxita de Karting en el circuito de Mosteiro, dónde volvimos a las andadas, disfrutando como nunca a pesar del cabreo de Pablo en la primera carrera y es que se entregó como nunca y el coche no terminaba de ir. Menos mal que estamos en las mejores manos y se buscó hasta encontrar el problema. Con esas ganas, las que demuestra últimamente, era una pena no poder luchar, como al final hizo. Además se quedó encantado pues vino su tío a verlo (¡menudo saludo en medio de la recta!) y como siempre digo, Pablo necesita sentirse arropado por los suyos. Pablito disfrutó con su presencia, además, le había hecho una promesa el día anterior y no podía fallarle. Sus lágrimas de la primera manga eran por ese motivo. Pasamos un día estupendo, de buen ambiente, tan bueno que hasta casi gana España a USA en la final de las Olimpiadas.

Ha dado gusto pasar esta semana así. Así sí.


PD. Suerte a Sergio en Burgos, ¡¡¡ánimo!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

gran texto!!!!

nose porke pero suerte sergio haber si lo haces tan bien coomo nos tienes acostumbrados suerte nenaza!!!!!!!!!!!!!!