lunes, 8 de diciembre de 2008

Querido hijo:

Estos últimos días son de esos días en los que aprendes mucho de la vida y lo mejor de todo es que muchos me servirán para ser mejor padre contigo. Las últimas semanas he estado un poco estresado y esto, sin duda, nos ha afectado en nuestra relación, pero reflexionando sobre este tema me he dado cuenta que no me tienen que afectar y espero que así sea. Durante estos días han pasado muchas cosas y de todas he aprendido mucho. Aún ayer hablando con el padre de un piloto éste me decía que a los 15 años ya había aprendido todo (después puntualizó que a grandes rasgos) y yo le comentaba que cada día aprendo cosas nuevas, sobre todo últimamente.
Hace unos días, Aarón Filgueira, hijo de Miniche del Karting Ayrton Senna de Serra de Outes, tuvo un fuerte accidente de moto volviendo a casa. Tuve la fortuna de compartir un rato con Miniche y su buen amigo Pacheco mientras operaban a Aarón y aprender de su sabiduría de la vida. Estaban hablando sobre lo que te enseña la vida y en particular de lo que el karting hace por la relación padre – hijo. Departimos sobre la diferencia con otros deportes y es que el vínculo que se crea en el karting es increíble, principalmente debido al sacrificio de los madrugones, de los viajes, de las tensiones, de los momentos de risa y de las preocupaciones. Con el karting, además de intentar ganar carreras y de hacer campeones, a los niños se les da una formación sobre la vida que no se les da en otros deportes. Así, en muchos casos, creo que salen jóvenes más maduros y más responsables… eso sí, dejando a los “niños de papá” al margen.
He aprendido mucho sobre el valor, sobre el valor físico y el valor de los amigos. Cada vez que estoy con la gente de la Serra estoy aprendiendo de ellos. Además, me deparan momentos que son difíciles de olvidar. Me regalaron la posibilidad de entrar al despertar de Aarón, según salió del quirófano. Curiosamente fue un momento tremendamente divertido, con un Aarón sembrado al estar un poco borracho de la anestesia, con sus dudas sobre la operación y a la vez comentando como se quedó sin anestesia y como el cirujano se martilló los dedos. Creo que la vida nos pone a prueba constantemente, pero también que nos hace grandes regalos, y Miniche puede estar contento tener como amigos a gente como Pacheco o Fabián, compañeros de Aarón algunas noches de estancia hospitalaria.
Precisamente, el viernes a mediodía, compartí otro de esos momentos inolvidables. Después estuve con el otro gran amigo de los Filgueira, Fabián, alrededor de un bocata de calamares y aprendí en media hora más de la vida que en muchos años de vivencias. Hablabamos, otra vez, sobre el tema de los padres, de los hijos, del cariño, del respeto y de las relaciones. Después subimos a la habitación a estar un rato con Aarón y tuvimos la clase práctica de la semana: a Aarón no le apetecía la comida que le habían traído la gente del hospital y su amigo se ofreció raudo para irle a buscar un bocata que calmase su hambre. Después de recitarle la carta de bocadillos de la cafetería del hospital fue a por uno de tortilla francesa. Cuando Aarón se lo terminó, su amigo le peló una naranja de postre de la que el menor de los Filgueira se comió la mitad. Al terminar le pidió que le acercase una palangana con agua para lavarse las manos. Su amigo, incansable en la ayuda, fue al baño y se la trajo llena de agua con un poco de jabón. Aarón descubrió, de golpe, lo que es un padre: el gran Miniche le traía el agua caliente para lavarse las manos y su amigo fiel se la había traído fría. Ese pequeño matiz es el que demuestra la mínima diferencia entre un gran amigo y la persona que más te quiere. Hace algún tiempo yo había descubierto ese matiz, esos detalles que te hacen estar más pendiente: Pablo y Nico preferían que les bañase la madre, entre otros motivos, porque Susana les ponía el pijama en el radiador para cuando se tuviesen que vestir al salir del baño. Yo no lo hacía.

Siempre te he dicho que lo más importante es disfrutar, disfrutar del deporte, de la vida. Lo que más rabia me da es que no soy capaz de transmitirtelo y tú no eres capaz de hacerlo. Sufres en vez de disfrutar y sólo al final, al acabar, te das cuenta de lo bien que te lo has pasado. Esta semana, repasando una de las múltiples revistas que tengo en casa, concretamente Auto Hebdo Sport, leía un artículo escrito por David Pérez, Coach de mi idolatrado Pedro de la Rosa, Director de Sportevo Human Preformance (www.sportevo.net) titulado “No importa el qué, importa el cómo” en el que el autor habla de la importancia de la buena organización, la relajación y por tanto “aislamiento del exterior” previo a la carrera, etc., nos dará un resultado satisfactorio.

Artículo publicado en la revista Auto Hebdo Sport
13 de Octubre de 2008

"A menudo, las personas del entorno del piloto le transmiten la frase "sal y disfruta" antes de comenzar una carrera. El piloto, ante la que se le viene encima, piensa para sus adentros: "Sí hombre, gracias, y eso ¿cómo se hace? Esto es lo que le dijo, con la mejor de las intenciones, Antonio Lobato a Fernando Alonso antes de afrontar el pasado GP de Singapur, una carrera en la que salía en la 15ª posición. Alonso tenía coche para estar más adelante, como había demostrado en los entrenamientos, y eso teniendo en cuenta que se trataba de un circuito donde era difícil adelantar, con el asfalto bacheado y de noche.

El error de la frase está en que se plantea como un fin a conseguir, cuando en realidad es una consecuencia después de hacer determinadas cosas. La buena organización externa de las cosas a realizar en la horas previa a la carrera -un tiempo de relajación en soledad para distanciar nuestro interior del exterior, un planteamiento de carrera muy claramente definido en base a la aceptación de la realidad y un proceso de concentración de alto nivel- nos darán como resultado la libertad interior para, aun habiendo tremendas dificultades que superar, afrontarlas con seguridad y determinación, y por lo tanto disfrutar… y si se disfruta, el resultado siempre es satisfactorio.

En nuestro día a día, la capacidad de afrontar las dificultades con la capacidad de disfrutar en el "como" lo hacemos, es un elemento importante a entrenar para mejorar y conseguir lo que nos proponemos.

Desde luego que a partir de ahora, cada vez que te diga… “sal, corre y disfruta”, lo haré sabiendo que hay que hacer otras cosas también, que el disfrutar vendrá por si mismo si el resto es correcto."

Este sábado tuviste una clara muestra de ello. Hobby Kart celebró su habitual fiesta de final de temporada y por la tarde nos dimos todos unas vueltas en los karts de alquiler. Tú no quisiste subirte en ellos, te empeñaste en andar en el tuyo cuando no era momento salir a rodar en tu Maranello, y cuando te preparé el coche, con tus tres elevadores, saliste a rodar, y al ver que podías, a duras penas, con el kart, que derrapabas, que adelantabas y hasta que te dabas golpes, empezaste a disfrutar de verdad.


El día de la comida es un día especial en Santa Comba. Todo es fiesta y buen rollo, como siempre, pero en esta ocasión es elevado a la enésima potencia. Allí se dio cita todo el mundo que nos ha rodeado este año, desde el tío Vicente con una parte de los Kopites que sin su apoyo este año no hubiese sido posible; Manolo y Mari con su apoyo incondicional a pesar de los fríos y catarros; a José Luis y Rosa, que con Borja han sido unos compañeros de andanzas ideales, alegrándonos y disgustándonos por los aciertos y errores de los otros (y riéndonos de las “ordenes de equipo”); de la Familia Camariñas, de José Antonio y de José Manuel; de Lopo con su gran última “lopada”, y los Senlle con su ánimo de siempre a pesar de la gripe. El churrasco preparado de manera increíble, como siempre, por la familia de Camariñas, así como los ricos mejillones, o la impresionante tortilla, o las navajas que D. Ramón Senlle trajo (a pesar de ser congeladas y de origen mediterráneo), o los suculentos postres preparados como siempre por la ausente Rosa. No podía faltar la sensacional queimada realizada magistralmente por Camariñas, como todos los años. El viento, el frío y la lluvia no podían estropearnos el día, si no nos han estropeado otros factores la temporada, no iban a ser estos los que nos estropeasen la jornada.

Como cada año, acabamos dando unas vueltas en los karts nuevos, como cada año, acabamos pasándolo genial. Al final, disfrutamos. Y tú también.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

te estoy acribillando a comentarios por todos lados. Antes que nada quiero compartir que los dos somos flamantes idolos del gran Pedro Martínez De La Rosa, ojalá hubiese mas gente como el en la F1.

Pablito te estará toda la vida agradecido por todo lo que estás haciendo...aunque prefiera que le duche su madre, jeje!


Bueno, me alegro que lo paseis tan bien en esas fiestas de fin de temporada... yo tengo ganas de ir a rodar con un kart que hace años que no voy de verdad y estoy perdiendo facultades xD!

Un saludo

Admin dijo...

Nada, nada... puedes acribillar tanto como quieras, para eso estamos!

Si te digo una cosa (lo negaré), yo también prefiero que lo duche la madre, aunque ahora ya lo hace, más o menos, él solo.

Respecto a lo de los karts... ¡¡¡nos vemos en Santa Comba cuando quieras!!!

Anónimo dijo...

Hai moitos meses falabamos (oh que raro!) da xente de HobbyKart, e ti comentábasme que te facían sentir a ti e ós teus como da familia.

Estou convencido que a miña cara naquel momento reflexaría un, como dirían os músicos, "créote ma non troppo".

Agora, tempo despois e "pola vosa culpa" estou indo máis ó Campionato Galego de karting e a HobbyKart ca nunca, e agora teño a visión que hai meses ti me comentabas.

Na comida do sábado (por certo, mil gracias ó inconsciente que decidiu invitarme) non vin varios amigos que se xuntaban cos seus fillos nun xantar de fin de tempada, senón unha única familia que facía a mellor festa posible: a celebración dunha festa que se fai porque si, porque nos peta, porque nos dá a gana e porque o pasamos ben xuntos.

Foron varios os momentos máxicos desta comida (que por certo, estaba exquisita). Non só a conversa, o ambiente, o trato, a queimada (boísima) e os aplausos á Lopada (que para que negalo, que raio! a min emociónanme).

Houbo un que me entusiasmou: foi ter a Pabliño detrás nunha das grellas de saída e ver como me intentaba intimidar dándome toques no kart antes de acenderse o semáforo. Non o puiden ver, porque el levaba o casco integral. Pero víaselle nos ollos que se estaba a escarallar coa risa.

Outro foi ver como se ría cada vez que lle chamaba "paquete" porque eu lle metera medio segundo na mellor volta.

Pero sen dúbida, o mellor de todos foi o momentazo de Nico. E, para que conste, vouno contar con calma:

Despois de que Pabliño pasara o apuro (dáballe vergonza) de pedirlle a José Manuel que lle preparara o seu kart de competición nun momento no que non había clientes para os de aluguer, o pequecho fixo 10 ou 15 voltas, ata que Pablo Torres Senior o fixo parar para darlle unhas indicacións.

Foi nese momento no que unha cazadora de Cubicaje-Hobbykart con patas e unha mata de pelo que respondía polo nome de Nico cruzou a pista dicindo que non coa cabeza. Viña enfadado a botarlle unha bronca monumental ó seu irmán 5 anos maior por non facelo suficientemente ben!

Onde xa me rompeu por completo foi cando se puxo a mirar os tempos do Mychron... XD

Por certo: Felicidades, familia Torres. Vós tamén sodes de Santa Comba: vós tamén facedes sentir a calquera que se achega onda vós como da casa.

Gracias.