domingo, 22 de junio de 2008

Un placer


Este fin de semana nos hemos ido hasta el circuito de Porriño. Teníamos ganas de volver a juntarnos en una de nuestras tranquilas jornadas de entrenamientos. Quedamos para vernos y entrenar juntos con los Senlle, los Aballe, José Manuel y Sergio y nosotros.

Llegar hasta el circuito es relativamente fácil, bien situado muy cerca de la salida de la autopista, pero a más de 150 kilómetros de casa, por lo que tampoco es una excursión para hacer todos los días. Sólo de combustible y peajes, además de las 3 horas que necesitas para ir y volver, te sale el viaje en una “pasta”. Llegamos a media mañana y había muy poca gente, nosotros nos dedicamos a montar los karts, a prepararlos, cambiar ruedas, desarrollos, engrasar y demás preparaciones necesarias para un buen día de entrenamientos. El día se presentaba caluroso, el sol caía a plomo sobre nuestras gorras y hacía que junto con el polvo del paddock bebiésemos sin parar. Cuando tuvimos todo preparado, nos fuimos a comer a una parrillada que nos tenía reservada José Luís.



El sitio nos deparó uno de esos encuentros que hacía tiempo necesitábamos, una buena mesa con unos entrantes espectaculares de croquetas, pulpo y calamares. De segundo una impresionante y mítica churrascada. Todo ello regado con litros y litros de agua y cerveza con gaseosa. Los niños estuvieron genial, hablando entre ellos, contando sus cosas y genialmente controlados por los hermanos Senlle. Mientras tanto, Ramón padre y yo a la cabeza, dábamos cuenta de los entrantes mientras Ramón nos contaba, una tras otra, anécdotas divertidísimas que hacían que el tiempo de espera para subir al circuito nos volase.



Pasadas las cuatro de la tarde fuimos de nuevo al circuito para empezar el duro (sobre todo por el sol) trabajo. Pablo salió al circuito con unas ganas enormes de rodar, de dar vueltas y vueltas. Se puso el mono de trabajo y rodó muy fuerte para ser la primera vez que andaba en ese circuito. De hecho se salió varias veces en la izquierdas después de la recta de meta por el exceso de ímpetu y velocidad. Más tarde vino David Costas con la preciosa Paula. Al vernos allí, no lo habíamos avisado, fue enseguida a por su kart para unirse a la movida que teníamos montada. Mientras tanto Sergio y los hermanos Senlle iban a lo suyo, a derrapar y pasárselo como enanos. Sergio, un poco cojo todavía, no tenía ningún cadete con el que pelearse, hasta que apareció un Intrepid (de una categoría superior) y en alguna parte de la pista se pudo batir con él.





Durante la comida comentábamos que echábamos de menos estas xuntanzas, no el ir de carreras, sino el ir a entrenar, a pasar el día por ahí, porque al final, como recordábamos, lo mejor de las historias es después contarlo. Hablamos de la buena gente, nos reímos y disfrutamos como hacía tiempo que no lo hacíamos. Nos encantó pasar el día así, descubrir Porriño, ver a Presssa y a los Costas, estar en compañía de José Luís y su mujer, de Ramón, con José Manuel y todos los niños, Borja, Sergio, Ramón y Rafa. Aún encima Pablo rodó y rodó, además corrió y se esforzó, creo que también se divirtió porque al bajarse del kart le pregunté qué tal el circuito y dijo sentenciando… “¡me encanta!” El claro reflejo de su esfuerzo es que hacia las 8 de la tarde se paró a mi lado (andaba yo por el circuito pululando y haciendo unas fotos) y sin poder ni tan siquiera levantar su visera, la cual relucía con sus tear-off nuevos, me dijo: “estoy roto, no puedo más”. Hijo, enhorabuena una vez más. ¡Ah!, y perdona mi mal humor de muchas veces.




A veces me he preguntado qué tal se lo pasa Nico cuando vamos a los entrenamientos o a las carreras. No es que dude, ni mucho menos, pero sí que me gustaría saber hasta que punto esto le va. He comentado varias veces que se levanta "todos" los días preguntando... "¿hoy amos akás?" Pero ya lo máximo ha sido cuando hoy se fue al garaje, cogió una caja de plástico en la que guardamos algunos de sus juguetes y me llamó pidiendo ayuda para "subir su kart". Lo cogió con las dos manos por el pontón delantero, yo por detrás, y allí mismo hizo que lo arreglaba (no funcionaba) al más puro estilo José Manuel. Un crack enseñado por su hermano.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que buen ambiente! La verdad es que da gusto leer textos como el de hoy.
Ojalá este verano deje tan buenos días (metereológicamente sobre todo), para que podais entrenar tan bien como este fin de semana.

Me alegro mucho.

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

espero qe no os hayais perdido la macro tension qe nos dio cesc!!

la verdad es qe fue un partido bonito!


un abrazo

Anónimo dijo...

bueno familia espero ke este buen rollo continue asi mucho tiempo poke ultimamente no se olia asi kea conservarloooooooo

cuidense feliz veranoooo

hasta l proximaaaaaaaaaa