miércoles, 29 de octubre de 2008

El lugar del crimen

Volvimos al lugar del crimen, allí donde nos han condenado sin juicio previo y sin derecho a una defensa, pero las cosas son así y la vida más. Cuando les toca a los demás hablamos de democracia, de derechos a una defensa, de respeto y de justicia. Pero cuando nos toca en nuestra piel, cuando nuestros resultados no son los previstos, nos transformamos y pasamos a ser lo que criticamos con tanta crudeza y vehemencia. En muchas películas hablan que en muchas ocasiones, los psicópatas asesinos, cuando cometen un asesinato, vuelven al lugar del crimen para ver la expectación que ha levantado su atrocidad. Nosotros decidimos volver a Serra, para repasar nuestro perfecto plan.


Repasamos nuestro plan de diversión, de entretenimiento, de lucha y entrenamiento. Quedamos para comer nuestros chipirones a la plancha, que este año todavía no los habíamos catado. Allí aparecieron los Cobián en pleno, se les ha echado de menos este año, José Manuel y Sergio. Degustamos los chipirones, las milanesas (espectaculares) y el raxo en filete. Nos reímos de lo lindo contando anécdotas, sufrimos recordando momentos duros y nos fuimos para el circuito sin más, a currar. ¡Como no!, no podían faltar D. Ramón Senlle y esos niños que si no existiesen tendríamos que inventarlos: Ramón y Rafa. A D. Ramón la Xunta, la del Sr. Feijoo cuando gobierne (evidentemente), le debería de dar el Premio Especial de la Consellería de Familia al ejemplo Familiar y la de Educación, publicar su ejemplo en los libros de Educación para la Ciudadanía.



Estábamos todos y todos contentos. Pero por encima de todos, Pablito estaba eufórico. Pablo es feliz en Serra de Outes. Allí, al igual que en Santa Comba, es libre y hace lo que le gusta. Pero le tocó trabajar un rato largo y eso le inquietó un poco, pero el hecho de haber gripado el motor el sábado de entrenamientos antes de la carrera (gracias Sr. Costas por su inestimable ayuda al habernos dejado su segundo motor para correr el domingo, sí, sí, ese chipeado, trucado, con el encendido atómico y con no sé cuantas trampas más – ahora entiendo por qué Paula vuela por los circuitos) le hizo tener que rodar el motor para la carrera de la próxima semana. Se aburrió un poco de dar vueltas y vueltas sin poder correr de verdad hasta que llegó su momento del día y probablemente del año. Por encima de podiums, poles o adelantamientos imposibles por el exterior, Pablo es un niño que vive para el detalle.


Durante el año pasado su única obsesión era poder arrancar su Comer. Cada día lo intentaba y no podía, su ilusión era tener un motor con arranque por botón como los cadete. Se le cumplió su sueño este año precisamente en Serra. Ese día le vi muy feliz, muy atento a las explicaciones de José Manuel y deseando parar para darle al botón rojo de apagado y poder de nuevo arrancar su motor. El otro día, después de compartir momentos muy buenos con Pancho y Javi, le pidió a éste si le dejaba probar su FA con motor cadete. Javi, buenazo donde los haya, accedió encantado, sólo quería que Pablo lo hiciese bien y estuviese cómodo en el kart. Un kart demasiado grande para él. Rapidamente se puso en marcha el dispositivo “Serra Todos a Una”.


Rafa y Ramón sacaron los pedales de su kart para que Pablo pudiese alcanzar el acelerador y freno (aunque después no le sirvió y no se le pudo poner). Javi se apresuró a ponerle mi polar doblado en el respaldo del asiento. Todo era como una gamberrada, deprisa como para que nadie se enterase y así meterlo en la pista antes de que hubiese arrepentimiento o llegase algún grupo con la intención de subirse a los de alquiler. Cuando me di cuenta, ¡oh milagro!, Pablo tenía puesto el costillar, el collarín y el casco abrochado (hasta apretado fuerte) y se estaba sentando en el kart Campeón Gallego Cadete 2007. Pablo salió a la pista y fue la primera vez en sus miles de vueltas a un circuito que no paró a la 2ª o 3ª vuelta para comentar algo y enseguida empezó a rodar más y más rápido. Veíamos que no llegaba a los pedales, que no era capaz de ver por encima de la careta delantera, pero a él le daba igual. Se comportó como un pilotazo rodando al máximo ritmo posible en un circuito como Serra, entrando a tope en la entrada de meta y en el final de recta. Se divirtió como nunca, derrapó como siempre pero más aún, y para colmo marcó un tiempazo es sus escasas docena y media de vueltas. Se quedó a menos de medio segundo del tiempo marcado por Javi ese mismo día, que por cierto había sido muy bueno. Fue un placer ver el gesto de complicidad del Sr. Diputado, o como José Manuel y Susi salieron de la cafetería y disfrutaron un rato, en definitiva como nos quedamos encantados de ver a Pablo rodar tan rápido y tan bien. Y yo, como padre, encantado de ver que él se lo pasó en grande. Eso sí, en el lugar del crimen.



Un poco más tarde llegó el bueno de Josito y su padre, para completar el día perfecto, el crimen perfecto. Pablito y Josito pudieron rodar juntos un rato y pasárselo bien entre los dos, compitiendo. A última hora se cambiaron los karts y fue de risa: Pablito se tuvo que bajar ya que iba muy incómodo y no le llegaba a los pedales y Josito, que no entraba en el kart de Pablo, disfrutó con el Maranello de éste: "esto es otra cosa", comentó al bajar. A lo mejor parte de la culpa es del chasis... o no.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

joder pablito eso no se dice ademas el chipeado era con el que corria paula la mala suerte fue el fallo en la conexion via satelite con el ordenador que nos hizo perder uunos caballos y no pudimos ajustar bien el chip de los amortiguadores por eso la entrada en curva era lenta.de todas formas para la proxima lo tengo solucionado ya encargue un satelite propio a la nasa. te reservo un hueco en el satelite?

Anónimo dijo...

Estás toliño, David

Anónimo dijo...

toliño de todo pero que queres non dou mais a ver se agora co satelite da nasa corre como os outros o motor da paulinha